Periódico La Jornada
Domingo 11 de julio de 2010, p. 12
Ante el vencimiento de la toma de nota (reconocimiento oficial) de dirigentes del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), la organización realizará mañana lunes una “asamblea electoral” en la cual se ratificará a Martín Esparza como secretario general, así como al resto de integrantes del comité central del gremio, vinculados con el mencionado dirigente.
La asamblea prácticamente será un trámite y se espera que la toma de protesta de los líderes ocurra el miércoles 14, de acuerdo con el calendario que ya se difunde en esta organización.
La elección en el SME es escalonada, en dos etapas.
El año pasado, la autoridad laboral negó la toma de nota al grupo integrado por 13 dirigentes (en donde se encuentra Esparza) e incluso ordenó la reposición de los comicios internos, en aval a la impugnación que promovió Alejandro Muñoz, considerado el principal disidente de Esparza y quien oficialmente dejará de ser secretario tesorero del SME; desde antes de la extinción de Luz y Fuerza del Centro (LFC), el 11 de octubre del año pasado, rompió con Esparza y su organización.
A su vez, la toma de nota de los 13 líderes restantes (el comité central del SME está integrado por 26 personas) vence también el miércoles, de ahí el apremio para evitar que el sindicato quede acéfalo o sin representación jurídica.
Situación frágil: Lozano
El secretario del Trabajo y Previsión Social, Javier Lozano, sugirió que el SME resuelva su “propia crisis interna” porque de otra forma “van a quedar en una situación verdaderamente frágil en cuanto a representación legal, incluso para nuevas acciones o bien para el manejo del patrimonio”.
Las recomendaciones del funcionario van en el sentido de que el SME solicite la titularidad de otros contratos, pero no el de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) sino de las nuevas empresas contratistas, integradas por ex trabajadores de la extinta LFC, que aceptaron su liquidación.
La próxima semana, el gobierno federal informará sobre la apertura de una tercera etapa de liquidación. En la primera se liquidaron unos 27 mil (de una plantilla original de 44 mil que prestaban sus servicios en LFC); en la segunda, sólo algunos cientos fueron por su finiquito, pese a que se les ofreció –como ocurrirá para la tercera etapa– un pago o “bono adicional”.
En la parte opositora, durante las asambleas del SME, el llamado será a rechazar la oferta “tramposa” del gobierno.
“A casi nueve meses del ilegal decreto de extinción de LFC ninguno de los liquidados ha recibido lo prometido por el gobierno: ni recontratación ni nada. Los engañaron.
“Cada día regresan al SME más compañeros que reconocen en nuestro sindicato su cobijo, su ser colectivo”, señaló Humberto Montes de Oca, secretario del interior.
En tanto, hasta este fin de semana continuaba la huelga de hambre colectiva de integrantes del SME.
Siete trabajadores son los de mayor antigüedad en esta protesta. Uno de ellos, el ingeniero Cayetano, cumplió ayer 77 días en ayuno.
La veintena de electricistas en huelga se las ingenian a diario por mantener el campamento instalado el 25 de abril pasado en el Zócalo capitalino. Por estos días, el mayor azote son los aguaceros y trombas que han caído sobre la capital.
El espacio que ocupan se inunda, aunque –creativos como son– ya instalaron una especie de desagüe provisional hacia las coladeras, pero a veces ni eso es suficiente para evitar las empapadas.
La semana próxima será de definiciones y de un nuevo plan de acción de ambas partes involucradas en el conflicto: SME y gobierno federal.
“A partir del lunes vamos a salir a la calle, a ridiculizar a los ministros; a promover juicio político contra ellos. Regresaremos a la casa de Lozano y muchas otras acciones más que sean necesarias para demostrar que somos miles en lucha”, advirtieron.
En la semana que concluye Lozano dijo que no habrá sustitución patronal como reclama el SME; es decir, según el funcionario, que no proceden los 24 mil juicios radicados en la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje de quienes consideran que fueron despedidos de manera injustificada.
La sustitución patronal es una figura incluida en la ley para que el patrón que haya tomado las funciones de una empresa previamente finiquitada dé empleo a los trabajadores que daban servicio al antiguo patrón.
El gobierno argumenta que esto no es posible porque la CFE, paraestatal que atiende ahora el área de influencia de lo que fue LFC, “está interviniendo en este proceso para dar continuidad en la prestación del servicio”, pero sin la figura de sustitución patronal.
“La CFE tiene sus propios trabajadores, su contrato colectivo y sindicato y por disposición de la Ley del Servicio Público de Energía Eléctrica, le corresponde la prestación del servicio”, aseveró la STPS.
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